Las mejores alternativas al gas para una calefacción eficiente

Hoy en día sabemos que el uso de combustibles fósiles como el gas natural es responsable de gran parte de las emisiones de gases de efecto invernadero y la calefacción no es una excepción. De hecho, el 36% de las emisiones de gases de efecto invernadero en España proviene únicamente de edificios residenciales. Pero, la transición energética en las viviendas no es un tema cada vez más relevante  solo por un tema de ecología. El gas natural es un bien finito sujeto a fluctuaciones de precio en épocas de alta demanda y bajos suministros. Es por ello por lo que no está de más ir pensando en alternativas al gas más duraderas y sostenibles, incluso para tu bolsillo.

Los países de la Unión Europea llevan ya varios años siguiendo una hoja de ruta hacia la transición energética. La fase actual de este proceso establece metas que deben alcanzarse antes de 2030, con el objetivo final de lograr la descarbonización total para el año 2050. Estas metas están recogidas en planes nacionales de transición energética, los cuales reflejan los objetivos específicos de cada país.

En el caso de España, el Plan Nacional de Energía y Clima 2023-2030 propone, entre otros:

• la reducción de gases de efecto invernadero un 32% respecto de los valores de 1990
• aumentar el uso de energías renovables un 48%
• generar el 81% de la electricidad con energías renovables
•  mejorar la eficiencia energética hasta el 44% en términos de energía final

Esto abarca todos los ámbitos de la sociedad, incluyendo los sectores construcción y vivienda.

De estos esfuerzos nace en 2023 la Directiva de Eficiencia Energética de la Unión Europea, que deberá trasponerse a legislación nacional en un plazo de dos años. Esta prevé el cambio gradual de sistemas convencionales de calefacción como la caldera a alternativas al gas más eficientes como las bombas de calor o los sistemas híbridos. En el futuro, es muy probable que la caldera convencional se convierta en un sistema obsoleto, por lo que plantear la renovación del sistema de calefacción por otro más ecológico puede ser una gran decisión, especialmente ahora que existen diferentes ayudas y subvenciones por parte de diferentes organismos locales y nacionales.

El mercado del gas presenta todo un desafío para los consumidores. Lo que antes era un combustible de suministro estable y relativamente barato, ahora es mucho más caro y, dependiendo del país, incluso escasea. Los conflictos y crisis económicas de los últimos años ilustran una y otra vez la sensibilidad con la que reaccionan los mercados de materias primas como el petróleo y el gas a las tensiones políticas.

Lo cierto es que, incluso sin crisis económicas y políticas en el mundo, lo más probable es que el precio del gas siga subiendo. Por un lado, la oferta de gas natural en el mercado mundial está disminuyendo lentamente debido a la costosa explotación de yacimientos cada vez más agotados. Por otro lado, los políticos están aumentando deliberadamente los precios a través del comercio de derechos de emisión. Esta medida también deberá motivar a los consumidores a buscar alternativas al gas más sostenibles para calentar sus viviendas.

No siempre es fácil incorporar alternativas al gas en la vivienda. Para ello hay que tener en cuenta una serie de factores como

• los costes de inversión
• la disponibilidad de las alternativas al gas en la región
• la sostenibilidad y eficiencia del producto.

Además, no todas las alternativas al gas se prestan a todos los tipos de vivienda. El estado estructural del edificio también juega un papel importante en esta decisión. Aquí te presentamos algunas opciones.

Actualmente, la bomba de calor es una de las alternativas al gas más respetuosa con el medioambiente y que ofrece ahorros más significativos, ya que utiliza el propio calor ambiental para calentar la vivienda y calentar el agua corriente. De esta manera, mantiene las emisiones y el uso de electricidad al mínimo. Existen tres tipos dependiendo de dónde extraen el calor ambiental:

• la bomba de calor aire/agua o aerotermia utiliza el aire como fuente de energía calorífica,
• la bomba de calor agua/agua extrae el calor de las aguas subterráneas, y
• la bomba de calor tierra/agua usa la energía geotérmica para calefacción.

Todos los tipos de bomba de calor pueden instalarse en edificios residenciales, aunque las bombas de calor agua/agua y tierra/agua requieren trabajos de excavación para acceder a su respectiva fuente de calor.

Para suministrar calor al sistema de calefacción, la bomba de calor funciona como un frigorífico invertido. La energía calorífica se extrae de la fuente correspondiente y se incorpora al sistema de calefacción, distribuyendo el calor en la vivienda a través de radiadores o suelos radiantes. Para ello necesita una pequeña cantidad de electricidad que pone en marcha el sistema. Dependiendo de la eficiencia del sistema, se pueden generar hasta seis kilovatios de energía térmica a partir de un kilovatio hora de electricidad.

Si estás pensando en apostar por la bomba de calor, debes conocer estas soluciones:

• Entre los modelos más modernos se encuentra la línea WOLF FHA, un modelo especialmente flexible y fácilmente adaptable a todo tipo de vivienda.
• La bomba de calor WOLF CHA Monoblock, por su parte, es una alternativa especialmente respetuosa del medioambiente debido a su uso de refrigerante natural, sin por ello perder eficiencia ni rendimiento.
• Si lo que se busca son alternativas al gas para grandes proyectos de rehabilitación, la bomba de calor WOLF FHS para agua caliente sanitaria es idónea para este tipo de instalación.

Aprende más sobre las bombas de calor aquí.

Optar un un sistema de calefacción híbridado es una forma práctica y eficaz de reducir las emisiones de CO₂, manteniendo un alto nivel de bienestar y confort en casa. Por ejemplo, la hibridación de una bomba de calor con una caldera de condensación a gas, de nueva instalación o ya existente, permite aprovechar las ventajas de ambos sistemas de una forma más respetuosa con eel medioambiente. La bomba de calor cubre el suministro básico de calor, mientras que la caldera de condensación entra en funcionamiento cuando se requiere una mayor capacidad calorífica.

En comparación con las calderas convencionales, las calderas de condensación son una alternativa más sostenible pues reducen el consumo de gas al mínimo. De esta manera, se logra un suministro de calor eficiente, incluso en las zonas más frías, al mismo tiempo que se reducen los costes energéticos y las emisiones de CO₂. Esta forma de hibridación puede hacerse incluso más sostenible utilizando combustibles alternativos como el biometano, o con modelos de caldera que permiten la incorporación de hidrógeno verde al gas natural como el modelo WOLF CBG con tecnología H2Ready.

Otra tipología de sistema híbrido es el resultante de combinar una bomba de calor con energía solar. Esta combinación es actualmente la más respetuosa del medioambiente ya que reduce las emisiones de CO₂ a cero. Además, ahorra costes operativos pues combina dos sistemas que hacen uso de energías renovables, y no requiere mayores reformas estructurales, solo la instalación de paneles fotovoltaicos.

Los Sistemas WOLF ofrecen una solución completa para las necesidades de calefacción, ventilación, climatización y ACS de tu vivienda ofreciendo el más alto nivel de eficiencia, bienestar y confort.

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Muchas de las alternativas al gas tienen un precio relativamente bajo, pero sus costes de funcionamiento terminan siendo bastante elevados. Por eso es importante separar los costes de funcionamiento de los costes de adquisición e instalación para poder optar por la alternativa más eficiente y que ofrezca mejores resultados a largo plazo.

Las bombas de calor requieren una inversión inicial alta en comparación con otros sistemas, pero consumen poca electricidad y los costes de mantenimiento son bajos, por lo que la compra se amortiza rápidamente. Además, las bombas de calor no emiten CO₂ ni otros tipos de emisiones dañinas para el medioambiente.

Los sistemas híbridos en los que se combina una solución de calefacción con energía solar, suponen una inversión alta al comienzo, pero hay que tener en cuenta que proporcionan energía térmica muy barata o incluso gratuita. Sin embargo, a la hora de valorar las diferentes opciones, hay que tener en cuenta los  costes de adquisición y funcionamiento de todas las soluciones incluidas en el sistema.

Si hibridamos una bomba de calor con una caldera de condensación, dado que la caldera solo entra en funcionamiento en picos de consumo, los costes de funcionamiento serán menores que si la vivienda sólo dispone de una caldera.

Ahora que entran en vigor nuevas normativas nacionales y europeas, los gobiernos regionales están movilizando al cambio de sistema de calefacción a través de subvenciones y otros incentivos. Infórmate acerca de posibles subvenciones en la página web de tu CCAA.

La bomba de calor una de las mejores alternativas al gas que existen hasta la fecha. Su uso del calor ambiental la hace especialmente respetuosa del medioambiente a la vez que reduce considerablemente los costes de calefacción al no tener que comprar ni almacenar combustible. Además, al tratarse de energía renovable, no hay problemas de escasez de suministros. Su hibridación es fácil y cómoda, haciendo de la bomba de calor un sistema flexible y adaptable a todo tipo de vivienda, región y temperaturas.

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