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Calderas de condensación: una guía práctica para tu próxima compra

Las calderas de condensación no solo son más eficientes y sostenibles que las calderas convencionales, sino que también pueden generar ahorros a largo plazo. Descubre aquí los beneficios de las calderas de condensación y qué debes tener en cuenta a la hora de hacer el cambio.

Pero, ¿qué son las calderas de condensación y por qué son mejores que las calderas convencionales?

Las calderas de condensación son tecnológicamente superiores a las calderas antiguas en todos los aspectos. A continuación, te explicamos cómo funcionan.

 

La tecnología de condensación supone la aplicación de la innovación a las calderas convencionales. Estas dejan escapar por la chimenea los vapores de agua contenidos en los humos de combustión a altas temperaturas, lo que representa una gran pérdida de poder calorífico.

 

Las calderas de condensación, por el contrario, recuperan este calor latente a través de una segunda etapa en el proceso de calefacción. Mientras que los humos de combustión de las calderas antiguas se escapan a la atmósfera a una temperatura de entre 150 y 180°C, la condensación de las calderas nuevas hace que la temperatura de estos humos baje a tan solo 40°C. En este proceso, el vapor se enfría, liberando energía térmica que es aprovechada para conseguir un mayor rendimiento energético.

Si quieres conocer más en detalle los principios de la tecnologías de condensación, te los enseñamos en un sencillo video en nuestro canal de Youtube.

Potencial de ahorro energético

En calderas de condensación a gas, por ejemplo, la energía producida únicamente a través de la condensación de los vapores se sitúa entre el 9 y el 11% del rendimiento total. Esto puede significar un ahorro de energía de entre el 25 y 30%. Este ahorro, visible en la factura del gas, ayuda a amortizar los costes de instalación en los primeros años.

 

Al mismo tiempo, al recuperar el calor latente a través del proceso de condensación, las calderas con esta tecnología emiten menos gases de efecto invernadero. Esto se debe a que usan menos combustible que las calderas convencionales, haciéndolas una alternativa más sostenible. Las calderas de condensación pueden suponer una reducción de emisiones de dióxido de carbono (CO2) y óxidos de nitrógeno (NOx) de hasta el 70%.

Mayor eficiencia gracias a un sistema coaxial

Pero no es solo el aprovechamiento de la energía de condensación lo que garantiza la eficiencia de estas calderas. Habilitando la chimenea con un sistema de tuberías concéntricas, se puede lograr precalentar el aire de alimentación con los propios gases de combustión. Este sistema de tuberías de aire y combustión, denominado coaxial, permite que el quemador utilice menos energía para llevar el aire a la temperatura requerida, lo que supone una mejora significativa de la eficiencia. Un instalador experto puede asesorarte acerca de la viabilidad de esta configuración en tu vivienda.

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Tipos de combustible para calderas de condensación

Es importante destacar que las calderas de condensación no funcionan exclusivamente a gas. Al igual que con las calderas convencionales, existen calderas de condensación operadas con gasóleo.

 

Sin embargo, con la prohibición de algunos modelos antiguos de estas calderas y debido a que es más eficiente, el gas se ha convertido en el nuevo estándar incluso con las nuevas tecnologías de condensación. Es por ello que, si hablamos de calderas de condensación, en la mayoría de los casos estamos hablando de calderas de condensación a gas.

 

En zonas rurales, donde las viviendas no siempre cuentan con conexión a la red de gas natural, las calderas de condensación de gasóleo son una alternativa económica para la calefacción.

Alte Gasheizung mit Wärmepumpe kombinieren

Ventajas de las calderas de condensación

Como ya se ha mencionado, las calderas de condensación aportan numerosas ventajas. A continuación hacemos un pequeño resumen.

Ahorro a largo plazo: Las calderas de condensación utilizan menos combustible que las calderas convencionales gracias a la tecnología que permite aprovechar el calor latente de los vapores. Si bien es cierto que hay que adecuar la chimenea para la instalación de una caldera de condensación, el ahorro que supone su uso amortiza la inversión inicial en los primeros años.

Reducción de emisiones: Debido a que utilizan una cantidad menor de combustibles fósiles que las calderas convencionales, son más respetuosas del medioambiente. El cambio a una caldera de condensación puede suponer una reducción de emisiones de gases de efecto invernadero de hasta el 70%.

Tecnología adaptable al futuro: El futuro de la calefacción es verde. Las calderas de condensación no solo usan menos combustibles fósiles que las calderas antiguas, sino que además pueden incorporar otras energías limpias y renovables como el hidrógeno verde, y combinarse en sistemas híbridos con otras tecnologías de calefacción. Por ello, si la configuración de tu vivienda, las condiciones climáticas de tu localidad, o los altos costes de renovación no te permiten hacer el cambio completo a un sistema más moderno como las bombas de calor aire/agua, los sistemas híbridos con calderas de condensación a gas son una muy buena alternativa hacia una mayor sostenibilidad.

Diseños ecológicos para un futuro sostenible

Ya en 2007 el Reglamento de instalaciones térmicas en los edificios (RITE) disponía la desaparición gradual de ciertos sistemas de frío y calor considerados obsoletos. El objetivo es alejarse cada vez más de modelos contaminantes e ineficientes para dar paso a una nueva generación de instalaciones energéticamente sostenibles.

 

La Directiva de Ecodiseño ErP para productos energéticos de la Unión Europea 2009/125/CE también ha creado un marco de requisitos para el diseño de cualquier tipo de producto relacionado con la energía. Este pasó a formar parte de la legislación nacional en 2015.

A partir de esta Directiva, y en conjunto con las medidas establecidas en RITE, ha quedado prohibida la producción y comercialización de calderas de hasta 70kW con un rendimiento estacional menor al 86%, es decir, aquellas inferiores a la clase de eficiencia B. Con una eficiencia mucho mayor, las calderas de condensación son ahora la norma si se trata de renovar los sistemas a gas ya existentes o hacer de ellos sistemas híbridos. El Plan Renove de Calderas de las Comunidades Autónomas puede ayudarte a hacer el cambio. Para más información, consulta la página web del Gobierno de tu comunidad o accede a las webs de la comporación correspondiente a tu Comunidad Autónoma.

Alternative zur Gasheizung

Cómo elegir la caldera de condensación correcta

El tipo de caldera de condensación que vayas a comprar depende de la configuración de tu vivienda y de la función que vayas a darle. Un instalador experto puede ayudarte a tomar la decisión que más se ajuste a tus necesidades. A continuación, te presentamos los tipos de calderas de condensación que hay.

Tipos de calderas de condensación según su instalación:

Calderas murales: Como indica su nombre, las calderas murales son aquellas que se montan en la pared. Precisamente por ello deben ser ligeras y pequeñas, por lo que son una solución perfecta para pisos y viviendas con espacio limitado.

WOLF ofrece dos soluciones de calderas murales que cumplen los más altos estándares de calidad. La gama FGB es la opción más adecuada para apartamentos pequeños, mientras que la gama CGB – 2 cuenta con diferentes modelos que se adaptan a las necesidades de cualquier espacio.

Calderas de pie: En comparación con las calderas murales, las calderas de condensación de pie son más grandes y pesadas, por lo que poseen una mayor potencia que las calderas murales. Estas calderas pueden adaptarse a cualquier tipo de vivienda, siempre y cuando se disponga del espacio necesario para su instalación, e incluso encuentran acogida en aplicaciones públicas e industriales.

Calderas de calefacción: Las calderas de calefacción son aquellas que disponen únicamente de la función de calefacción, por lo que suelen compactas y de fácil instalación.

Calderas mixtas: Las calderas de condensación mixtas ofrecen, además de calefacción, agua caliente sanitaria (ACS). El agua caliente se prepara al paso por medio de un intercambiador de calor, por lo que funciona de manera instantánea.

Más ahorro de energía con tecnologías de hidrógeno verde

Si bien las calderas de condensación ya son de por sí una alternativa más respetuosa del medioambiente que las calderas convencionales, en WOLF estamos comprometidos con la búsqueda de soluciones innovadoras que permitan la creación de espacios sostenibles en los que se aseguren la eficiencia energética, el ahorro y la rentabilidad.

 

La incorporación de la tecnología de hidrógeno permite incorporar esta energía limpia y renovable a las calderas de condensación a gas. WOLF está a la vanguardia de esta innovación con su gama de calderas de condensación CGB-2 de tecnología H2-Ready que incorporan hasta un 20% de hidrógeno verde al gas natural. Esta energía solo produce vapores de agua, lo que permite la reducción de las emisiones de CO2. Con ello, no es solo mejor para el medioambiente, sino también para la salud.

 

¿Cuánto cuesta el cambio a una caldera de condensación?

Los costes del cambio a una caldera de condensación dependen del tipo de caldera que escojas y la magnitud del proyecto. Además del coste de la caldera en sí, debes considerar el servicio de instalación por un profesional cualificado, la instalación de un desagüe para condensados, así como la habilitación de la chimenea para la salida de humos, si es que esto no se ha hecho aún.

 

A pesar de que esto puede parecer costoso, el ahorro que esto genera mes a mes puede amortizar esta inversión en un plazo de tres años. Además, dependiendo de dónde vives, puede haber subvenciones del Estado para hacer el cambio. Infórmate sobre el Plan Renove de Calderas en la página web del Gobierno de tu comunidad.

Conclusión: Más eficiencia con una caldera de condensación

Son muchos los factores a tener en cuenta a la hora de renovar un sistema de calefacción. Hoy en día no es solo una cuestión de dinero, sino también de lo que es mejor para el planeta. Sobre todo en este último aspecto, las antiguas calderas convencionales de gas o gasóleo ya no cumplen con los estándares actuales. Sin embargo, cambiar de sistema completamente puede ser bastante costoso, y no siempre la solución más eficiente.

 

Una alternativa sencilla, rentable y de bajas emisiones son las calderas de condensación. Dado que utilizan conexiones ya existentes al suministro de gas en las viviendas y usan eficientemente el calor latente de los gases de combustión, suponen una reducción considerable del consumo energético.

 

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